“La
sociedad no sólo existe por la comunicación sino que existe en ella.
De esta
manera la comunicación es dialéctica y reconstruye la experiencia”
John Dewey.
Comunicarnos
es, en esencia, abrirnos a la otra y al otro, dar nuestros mensajes y en ellos
nuestra vida. Comunicar no es solamente informar o intercambiar ideas, como
generalmente se cree, es, ante todo, un acto de libertad que envuelve a todo el
ser humano en lo que piensa, dice, siente y hace. Por lo mismo, en un acto de
comunicación auténtico, cada una de nosotras y nosotros tenemos convertirnos en
el mensaje que se transmite. Debemos también tener presente que somos seres
sociales y comunitarios, por tanto, no podemos llegar a realizarnos aislada ni
individualmente; nuestra mismidad únicamente se nutre en la extimidad (antónimo
de intimidad). Solo existimos en
compañía del otro, en el ejercicio de compartirnos. Por ello tal vez, es que la
comunicación evolucionó de la premura por satisfacer necesidades básicas del
mundo animal o instintivo (alimento, salud y abrigo) a la inspiración creadora
(poesía, arte, ciencias).
El
pleno desarrollo de nuestra humanidad, con todas nuestras dimensiones y
facultades, se hace concreto interactuando profundamente con las demás
personas, participándonos, entregándonos, dándonos. Comunicarnos es pues, un
acto que nos permite ser y crecer, que posibilita nuestro desarrollo humano,
que potencializa nuestra pronunciación existencial, que favorece nuestros
procesos de enseñanza-aprendizaje, que da significación a nuestras vivencias.
Es por ende, un acto que debe transcender las barreras de lo mío y lo tuyo para
compartir conjuntamente nuestro propio
verbo, para socializar nuestra visión del mundo, para develar la realidad
verdadera que nos envuelve y a partir de
ahí construir identidad.
Por
estas y otras razones, Gregorio Iriarte y Marta Orsini Puente, en su texto
Realidad y Medios de Comunicación: Técnicas e Instrumentos de Análisis,
plantean que cuando nos comunicamos, deben acontecer los siguientes momentos:
-Establecemos contacto
con alguien
-Transmitimos un mensaje
o lo recibimos
-Expresamos nuestras
experiencias, sentimientos, creencias e ideas
-Percibimos los
requerimientos, necesidades y problemas de las demás personas
-Nos transformamos
transformando
-Transformamos la
realidad que nos rodea
-Actuamos desde esa
misma realidad
-Activamos diferentes
canales de expresión (auditivos, visuales, gráficos, gestuales, corporales)
La
comunicación es un proceso social, por tanto es vital para la convivencia. Ella
es la base para la acción de los grupos, mediante ella se conforma cualquier
comunidad, no importando sus diferencias internas; ella puede garantizar la
cohesión de cualquier conjunto, independientemente del número de miembros.
Puede considerársele dentro del marco personal, grupal y masivo; también como
una estructura organizacional que emplea las diferentes tecnologías de
difusión. Sin embargo, lo que no debe perderse de vista es que tanto la una
como la otra deben tener como finalidad la humanización de las sociedades, la
humanización de las comunidades, la humanización de las personas… y que debe quedar enraizada en los diversos seres y
quehaceres de relacionamiento con los demás, ya sea en la familia, la escuela,
el barrio y en otros espacios que hacen parte de nuestra cotidiana existencia.
Por: Tránsito Parra Almeida
Área de Participación y Cultura Política
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