miércoles, 6 de mayo de 2015

La Comunicación desde nuestra cotidiana existencia

“La sociedad no sólo existe por la comunicación sino que existe en ella.
De esta manera la comunicación es dialéctica y reconstruye la experiencia”
John Dewey.

Comunicarnos es, en esencia, abrirnos a la otra y al otro, dar nuestros mensajes y en ellos nuestra vida. Comunicar no es solamente informar o intercambiar ideas, como generalmente se cree, es, ante todo, un acto de libertad que envuelve a todo el ser humano en lo que piensa, dice, siente y hace. Por lo mismo, en un acto de comunicación auténtico, cada una de nosotras y nosotros tenemos convertirnos en el mensaje que se transmite. Debemos también tener presente que somos seres sociales y comunitarios, por tanto, no podemos llegar a realizarnos aislada ni individualmente; nuestra mismidad únicamente se nutre en la extimidad (antónimo de  intimidad). Solo existimos en compañía del otro, en el ejercicio de compartirnos. Por ello tal vez, es que la comunicación evolucionó de la premura por satisfacer necesidades básicas del mundo animal o instintivo (alimento, salud y abrigo) a la inspiración creadora (poesía, arte, ciencias).

El pleno desarrollo de nuestra humanidad, con todas nuestras dimensiones y facultades, se hace concreto interactuando profundamente con las demás personas, participándonos, entregándonos, dándonos. Comunicarnos es pues, un acto que nos permite ser y crecer, que posibilita nuestro desarrollo humano, que potencializa nuestra pronunciación existencial, que favorece nuestros procesos de enseñanza-aprendizaje, que da significación a nuestras vivencias. Es por ende, un acto que debe transcender las barreras de lo mío y lo tuyo para compartir conjuntamente nuestro  propio verbo, para socializar nuestra visión del mundo, para develar la realidad verdadera que nos  envuelve y a partir de ahí construir identidad.


Por estas y otras razones, Gregorio Iriarte y Marta Orsini Puente, en su texto Realidad y Medios de Comunicación: Técnicas e Instrumentos de Análisis, plantean que cuando nos comunicamos, deben acontecer los siguientes momentos:
-Establecemos contacto con alguien
-Transmitimos un mensaje o lo recibimos
-Expresamos nuestras experiencias, sentimientos, creencias e ideas
-Percibimos los requerimientos, necesidades y problemas de las demás personas
-Nos transformamos transformando
-Transformamos la realidad que nos rodea
-Actuamos desde esa misma realidad
-Activamos diferentes canales de expresión (auditivos, visuales, gráficos, gestuales, corporales)

La comunicación es un proceso social, por tanto es vital para la convivencia. Ella es la base para la acción de los grupos, mediante ella se conforma cualquier comunidad, no importando sus diferencias internas; ella puede garantizar la cohesión de cualquier conjunto, independientemente del número de miembros. Puede considerársele dentro del marco personal, grupal y masivo; también como una estructura organizacional que emplea las diferentes tecnologías de difusión. Sin embargo, lo que no debe perderse de vista es que tanto la una como la otra deben tener como finalidad la humanización de las sociedades, la humanización de las comunidades, la humanización de las personas… y que  debe quedar enraizada en los diversos seres y quehaceres de relacionamiento con los demás, ya sea en la familia, la escuela, el barrio y en otros espacios que hacen parte de nuestra cotidiana existencia.


Por: Tránsito Parra Almeida
Área de Participación y Cultura Política 

No hay comentarios:

Publicar un comentario